¿Qué es?

 

El cultivo de trigo de España ocupa una superficie superior a las dos millones de hectáreas de trigo, 2.049.725 ha, (MAPAMA, 2017), distribuidas principalmente en las comunidades de Castilla y León y Andalucía, aunque también hay una superficie importante en Castilla- La Mancha y Aragón. Esta superficie ha permanecido más o menos estable en los últimos años, pues desde el año 2011 sólo se ha visto incrementada en un 4%. Debido a esto, la principal problemática que se presenta en el cultivo de trigo se centra en tres pilares:

  • Pérdida de rentabilidad económica de las explotaciones cerealistas, debido a la disminución del precio de los cereales y la tendencia alcista de los precios de las materias primas durante los últimos años.
  • Falta de relevo generacional, se debe a que, hoy en día, más de la mitad de los agricultores españoles supera los 55 años, unido a una deficiente incorporación de jóvenes a la agricultura.
  • Escasa sostenibilidad ambiental como consecuencia de que en más del 89% de la superficie española el método mayoritario de manejo de suelo en la producción de trigo es el laboreo, lo que ocasiona importantes problemas asociados a la alteración del suelo.

Esta gran superficie y sus problemas asociados ocasionan que la capacidad de mejora sea grande, englobando a un elevado sector social potencial. Por tanto, para solventar estos problemas, surge la presente iniciativa del Grupo Operativo Innovatrigo que plantea un proyecto vertebrador que actúe sobre todos los eslabones de la cadena.

El GO persigue fomentar la adopción de una serie de innovaciones en el manejo de suelo y productos agroquímicos, al igual que la inclusión de nuevas tecnologías y TIC, que permitan llevar a cabo una producción de trigo sostenible económica y medioambientalmente en España, que ayude a asegurar el relevo generacional tan necesario en este sector y a crear una serie de industria subsidiaria basada en las nuevas tecnologías. Todo ello, mediante:

  • Promoción e implantación de Buenas Prácticas Agrícolas innovadoras (BPAs).
  • Etiquetado diferenciador de productos que aporte valor agregado.
  • Creación de material de formación y divulgación.
  • Implantación de campos demostrativos.
  • Influencia en la creación de políticas que apoyen estos sistemas.

De manera complementaria, se creará una certificación de producción sostenible de trigo bajo en emisiones para que aquellos productores que adopten estos sistemas vean mejorada la capacidad para posicionar su producto en la cadena alimentaria.

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